lunes, 9 de diciembre de 2013

5ª tarea de profundización

 Desde la concepción naturalista del hombre, analiza y justifica la siguiente frase:

"No se conoce a la infancia; con las falsas ideas que de ella se tienen, cuanto más lejos van tanto más se extravían (...) yo puedo haber visto mal lo que hay que hacer, pero creo haber visto bien al sujeto sobre el cual se debe operar. Empezad, pues, por estudiar a vuestros alumnos, pues con toda seguridad no los conocéis".

 Este párrafo es un fragmento del prefacio de la obra literaria Emilio, o De la Educación, de Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), músico y filósofo de origen suizo, considerado uno de los principales escritores del siglo XVIII y uno de los pensadores universales por excelencia. 
 De todas sus obras, el Emilio (1762), compuesta por cinco libros, es la más representativa y está considerada una de las obras más revolucionarias de la pedagogía moderna, fundamentada en un modelo educativo que intenta seguir los preceptos de la naturaleza. En el Emilio, Rousseau transmite, desde el pensamiento de la Ilustración, las características de una nueva educación cuyo fin es formar un nuevo hombre, para una nueva sociedad. 
 Consideró la educación como el camino idóneo para formar ciudadanos libres conscientes de sus derechos y deberes, y que el sistema educativo que imperaba era incapaz de esta labor, en el que se trataba a los niños como adultos en miniatura, por tanto fue el primero en señalar este error afirmando lo siguiente: "el niño es un ser sustancialmente distinto al adulto y sujeto a sus propias leyes y evolución; el niño no es un animal ni un hombre, es un niño"

¿Qué pretende pues decir Jean-Jacques Rousseau en este párrafo? 

 En mi opinión, Rousseau, considerado el padre del Naturalismo pedagógico, desde cuyo punto de vista naturalista el niño es intrínsecamente bueno, siempre y cuando desde el momento de su nacimiento se le aparte de la sociedad y de todo conocimiento que ésta quiera imponerle, puesto que la sociedad es la que corrompe al niño y hace que se desvirtúe, con este párrafo afirma conocer la íntima naturaleza del niño, y advierte a los educadores de la época de que su concepción del mismo está equivocada. No es un adulto en miniatura, es un niño, que debe ser el centro absoluto del proceso educativo, focalizando por tanto éste en el conocimiento previo de sus intereses y sus características particulares, porque es a partir de los intereses y motivaciones del niño, dependiendo de su etapa de desarrollo, desde donde se deben trazar los contenidos y objetivos de la educación, a fin de no hacerle sentir ajeno a esta situación.



"Probablemente me atacarán por esto, y acaso no dejen de tener razón. Pensarán que más bien que un libro acerca de la educación leen las fantasías de un visionario sobre ese mismo asunto. ¿Cómo evitarlo? No escribo yo sobre las ideas de otro, sino sobre las mías (...) ¿Por qué he de proponer en tono de duda lo que para mí no es dudoso? Yo digo exactamente cuanto pasa en mi espíritu".
Rousseau (obra Emilio, o De la Educación)

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