sábado, 14 de junio de 2014

¡Bienvenidos a mi blog!


Os doy la bienvenida a este nuevo espacio que he creado para publicar las tareas de profundización sobre la asignatura "Tendencias contemporáneas de la educación", que curso actualmente en la UCLM  y que forma parte por tanto del sendero de aprendizaje que debo recorrer hasta alcanzar uno de mis muchos sueños todavía por cumplir; ser maestra de enseñanza primaria. 
Tanto si formas parte de la enseñanza, como si no, estás plenamente invitad@ a participar en este blog. ¿Comenzamos?... 

domingo, 18 de mayo de 2014

Globalización neoliberal y repercusiones en la Educación


   La siguiente tarea que debíamos hacer como parte de nuestra formación en la asignatura de Tendencias Contemporáneas de la Educación, era analizar de forma crítica, tras una lectura comprensiva, el contenido del artículo La globalización neoliberal y repercusiones en la Educación, de Enrique Javier Díez Gutiérrez, ensayista y profesor titular de la Facultad de Educación de León. 
   A continuación he subido el artículo del que hablo, porque personalmente creo que no tiene desperdicio y la lectura del mismo resulta, como poco, reveladora si proyectamos nuestra imaginación a en lo que se puede convertir la Educación en este pais en un medio o largo plazo.


Definición de la palabra globalización, según el diccionario de la lengua española de la Real Academia Española:
"Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales"
De esto nos habla básicamente este artículo, de la tendencia mundial de privatizar la enseñanza con un enfoque mercantilista que abastezca los mercados laborales y desarrolle aún más a la insaciable sociedad de consumo.

Resulta que la tendencia actual de las políticas educativas, especialmente occidentales, incluída como no, la de nuestro país, están ligadas a la eficacia, a los rendimientos académicos y a la excelencia, que fomentan la competitividad entre el alumnado al igual que ocurre en los mercados laborales, y la competitividad y la diferenciación entre los centros escolares.
Creo en el derecho a la libertad de enseñanza, pero no a cualquier precio; más respeto aún el derecho a la igualdad de oportunidades.

Los sistemas educativos deberían ser ideados para asegurar el derecho al conocimiento como bien público, y no como inversión económica y preparación para el mundo laboral. Pero es así. El fin último y el germen primero de esa finalidad es el acceso, parece ser, del mayor número de personas al mundo laboral con un alto nivel de calidad que se refleje en la prosperidad de la economía del país, como éxito del plan educativo establecido. Se trata, en definitiva, de revertir a la sociedad, al Estado, el fruto de su inversión.
Yo pensaba, ignorante de mí, que la economía debería estar al servicio del bienestar, no que era un fin en sí mismo. El objetivo de conseguir a través de la Educación el desarrollo pleno de la persona, con el fin último de formar a personas felices y realizadas, parece que es sólo una cuestión de pompa literaria en la redacción de las leyes educativas, puesto que visto lo visto, lo que parecen buscar es formar a los ciudadanos en perfectas máquinas productoras y satisfechas de tener un trabajo que les proporcione la oportunidad de consumir, que eso, parece ser, no es otra cosa que la felicidad. Ya lo comenté en otra tarea de este blog; no es cuestión de formar en 'querer tener´, sino en 'querer ser´. Y parece que por ahí ahora mismo, no van los tiros.

Ahora bien, cuando el Estado se lava las manos en materia de Educación, facilita el camino para que otros se ocupen de esa "difícil y costosa" tarea y descentraliza la obligación de asegurar un derecho social en igualdad de oportunidades para todos, ¿a quién le ponemos la hoja de reclamación cuando la brecha social sea de tal magnitud que no haya tirita que la disimule? Porque es obvio, tal y como podemos leer en el artículo de Enrique Javier Díez, que la diferenciación de clases será más evidente; un servicio público gestionado con técnicas de empresa privada, dejará fuera del sistema a todo aquél considerado "sin aptitudes", al igual que se quedan fuera de la empresa privada los que son considerados "improductivos".

Esta tendencia privatizadora, junto con los recortes económicos en educación, deja a la escuela pública como subsidiaria de la privada, que hará todo lo posible, como buena marca comercial, por mejorar sus rankings de puntuación llevándose a los mejores alumnos y alumnas consigo. Esto puede llevar, y es lo más probable, a que se formen auténticos centros gueto con el alumnado "desechado". Y una vez más; poderoso caballero es Don dinero, porque las familias con recursos podrán elegir "libremente" el tipo de educación deseada para sus hijos, y quién no los posean, no, amén que los chiquillos sean unos genios y se les rifen en los centros más elitistas como mejora de la nota media. Pero si no son ricos al menos en talento, la libertad de enseñanza será el derecho de unos cuantos, y el derecho a la igualdad de oportunidades, el de unos pocos. O que me expliquen que cabida tiene en esta tendencia neoliberal la discapacidad.

Sospecho que a alguien de "los de arriba", se le ha olvidado que el fin último de la educación, como vehículo de realización y desarrollo personal, es (o debería sin duda serlo) el construir entre todos, una sociedad más justa, solidaria y libre...pero para todos.

viernes, 25 de abril de 2014

Cualquier titulado no vale para ser maestro


   Ayer leí un artículo muy interesante en el periódico nacional El País, cuyo título dice Cualquier titulado no vale para ser maestro, que me gustaría compartir aquí para vuestro conocimiento, porque habla precisamente sobre la formación de los docentes en España. 
Parece ser que el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, se levantó un día inspirado, y tuvo la brillante idea de sugerir al Ministerio de Educación la posibilidad de que distintos titulados universitarios pudieran impartir clase en las aulas de Educación infantil y primaria sin formarse previamente en una facultad de Educación.

   Mi opinión queda clara en el anterior párrafo de manera implícita, pero vamos, por ser aún más evidente, le diría a este señor, que yo poseo una titulación universitaria hace años, de una carrera de ciencias, y no se me ocurriría la osadía de impartir clase en un aula de primaria sin una preparación adecuada para ello, que de ningún otro modo se puede alcanzar si no es pasando por una facultad de Educación. Cierto es que antes de comenzar a estudiar para ser maestra de primaria no me imaginaba lo complejo que puede llegar a ser enseñar a un niño, o más bien, lo difícil que es conseguir que ese niño aprenda realmente, por lo que sólo me queda pensar del presidente regional madrileño que su conocimiento acerca de la labor docente (la real, no la estereotipada) es la misma que tenía yo hace unos años: ninguna.
   Efectivamente, poseer conocimientos es indispensable para un maestro, debe ser algo inherente a la profesión, pero de la misma manera que lo es tener la capacidad pedagógica necesaria para ser capaz de transmitirlos significativamente.
   Afortunadamente, a Ignacio González le han dejado solo con su idea y la Comunidad de Madrid no ha visto respaldada su propuesta.

   En este amplio artículo, que yo encuentro sin desperdicio, nos hablan también de las medidas que se quieren implantar para cambiar el acceso a las facultades de Educación de algunas comunidades, de la voluntad del Ministerio de Educación de endurecer las pruebas de acceso a la función pública, y de incluir pruebas que acrediten un nivel de dominio de las destrezas comunicativas en una lengua extranjera y suficiente competencia digital. Al respecto debo decir que estoy de acuerdo, puesto que mi anterior entrada en este blog hablaba de la formación docente actual y de la necesidad, en mi opinión, de comenzar la tarea de dignificar esta profesión desde la base, es decir, desde las facultades. Frente a un aula de primaria deberían estar los mejores, o al menos, los que pretenden serlo. Puede que si se me aplicara ese rasero del que hablo para acceder a esta carrera, o si pasara por las pruebas que proponen actualmente para acceder a la función pública yo no aprobara o resultara adecuada, en cuyo caso me parecería lo más correcto. Porque para ser maestro, no cualquiera vale, por mucha titulación universitaria que cuelgue de la pared.

viernes, 18 de abril de 2014

11ª tarea de profundización

La actividad consiste en recoger los grandes retos del sistema educativo actual. El texto de la actividad dice lo siguiente: Seguidamente el alumnado se centrará en dos de ellos, reflejando las medidas organizativas y curriculares propuestas por la Administración, y finalizará proponiendo otras medidas, que -según su opinión- pueden ser necesarias.
Como alternativa a esta tarea se nos propone que a la hora de hablar de los retos del sistema educativo, podemos hacer referencia a si estamos a favor de un enfoque comprensivo o diversificado, y justificar por qué. 
En el vídeo que se muestra a continuación, y visto previamente en clase, se hace alusión a esto con dos figuras muy diferenciadas que defienden un modelo u otro. También podemos reflejar nuestra opinión justificadas sobre si algunas medidas para superar esos retos son eficaces y adecuadas desde un punto de vista pedagógico, y sobre qué es necesario diversificar en nuestra opinión: los objetivos e itinerarios o las metodologías con las que atendemos al alumnado.


   Los retos que debe alcanzar el sistema educativo actual tiene unas causas múltiples, unas inherentes al propio sistema y otras achacables al entorno social en que éste se desenvuelve.
Por un lado, en este país existe una alta tasa de fracaso escolar, lo que conlleva asociado un alto índice de abandono, y a que los alumnos y alumnas que abandonan el sistema muestren grandes lagunas en competencias básicas.

   Algunas de las causas propias del sistema y del entorno social que podemos considerar son las siguientes:
  • La pluralidad del alumnado en las primeras etapas lo que requiere de una atención más individualizada.
  • Metodologías docentes con poca aplicación práctica.
  • Necesidades de formación en el profesorado, para que puedan cumplir el rol que se les exige actualmente, no sólo como transmisores de conocimiento, si no también como orientadores y entrenadores del alumnado en el proceso de aprendizaje.
  • En cuanto al entorno social, podría citarse como causa la falta de reconocimietno social de la profesión de maestro, y no sólo de la profesión, si no también de la importancia de enseñar, y por tanto, aprender.
  • La cultura del consumismo, y me refiero al hecho de pensar más en cómo conseguir cosas materiales, que en preocuparse en cómo alcanzar el desarrollo pleno como persona; en definitiva, el tener frente al ser.
  • La brecha existente entre la escuela y las familias. Esa desconfianza hacia el cuerpo docente unido al ritmo de trabajo y falta de tiempo al que estamos acostumbrados hoy día, provoca una falta de cooperación y entendimiento mutuo para llevar a cabo la educación de cada alumno/a de manera conjunta y coordinada.
  • Unido a esto último, los docentes carecen de una autoridad reconocida por el alumnado.
  • Y existe también la falta de asimilación por parte de los alumnos y alumnas de lo importante que es fijarse el objetivo de aprender como vía de desarrollo personal en todos los sentidos. Quizá la creencia de las escasas expectativas de éxtito laboral en el futuro, derroca a una edad temprana el esfuerzo por superarse a uno mismo.

   De todos los retos a superar para la mejora de la calidad de nuestro sistema educativo actual, a mí me gustaría por un momento hablar acerca de la formación del profesorado, que en mi opinión está directamente relacionada a la falta de prestigio social.
   La nota de corte para acceder a una Facultad de Educación por lo general es muy baja en España,mientras que para acceder a una Facultad de Medicina la nota de corte es elevadísima (en comparación). Los médicos, una profesión considerada por cierto de prestigio en este país, antes de serlo, fueron a la escuela; ¿cómo es posible que la base de su educación, los pilares de lo que serían en un futuro, se construyera gracias a personas a las que la sociedad no reconoce su labor? Pues porque creo que el pensamiento generalizado sobre esta profesión es que cualquiera puede acceder a ella, y en principio es así, porque las propias facultades no ponen filtro alguno para mejorar la calidad de los docentes que forma.
Sería una manera de asegurar el carácter vocacional de su elección frente a otras profesiones, el hecho de exigir una nota media de acceso más alta a los futuros docentes, y por supuesto reforzar en sus planes tanto la enseñanza de metodologías didácticas como la de contenidos, para que reviertan al mercado laboral, y por tanto a la sociedad, profesionales de la educación aún más especializados.
   Los maestros y maestras deben poseer una buena formación inicial, y deben más aún procurarse una formación permanente que les permita adaptarse a los cambios en cualquier momento, a estar lo suficientemente motivados como para invertir más tiempo en cada alumno/a y centrar la enseñanza en el alumnado, y no en su persona.
   Me parece muy importante y significativo de un buen maestro, el ser capaz de vincular en cada momento aquello que se enseña con sucesos reales y de una forma que motive al estudiante. Con esto último reflejo mi opinión acerca de lo que es necesario diversificar para dar respuesta a las necesidades de un alumnado plurar.
   Para mí, sin duda, las metodologías didácticas empleadas para alcanzar un aprendizaje significativo en los estudiantes deberían ser tan distintas como distintos son los alumnos. Diversificar la metodología pedagógica empleada, partiendo desde una buena formación del profesorado para llevar a cabo tal tarea, no siempre fácil, nos permitiría, si no del todo, al menos en parte, restarle cifras a la tasa de fracaso escolar de este país.

   En cuanto a si estoy a favor de un enfoque comprensivo o diversificado, sin duda alguna me decanto por el modelo comprensivo, general, igual para todos hasta una cierta edad, aunque diversificado y adaptado a las necesidades educativas especiales de cada alumno y alumna, que defiende también una mayor preparación de los docentes, el refuerzo al alumnado en cada momento que lo necesiten, diversificar los procedimientos o metodología empleada, sobre lo que ya me he pronunciado, y que critica la repetición de curso de un alumno como metodología de aprendizaje, puesto que efectivamente, hacer las cosas de la misma manera dos veces no es la solución; la solución está en hacerlas de manera distinta desde el principio.
   En definitiva, una atención más individualizada, con metodología adaptada para cada alumno/a, evitaría este error del sistema educativo que sólo ayuda a desmotivar a los estudiantes y a engrosar las cifras de fracaso escolar en España.

jueves, 17 de abril de 2014

10ª tarea de profundización

La actividad será un trabajo de reconstrucción de la memoria histórica de la escuela a través de la familia. 


   Bueno, para empezar, tengo por desgracia poca información que aportar acerca de las experiencias vividas por mis abuelos en sus años de colegio, puesto que tres de ellos fallecieron hace años, y mi abuela Encarna, ya octogenaria, no acudió a la escuela. Con sólo tres años quedó huérfana y marchó a vivir con su tía y abuelo maternos; gente de poco recursos, que aunque la criaron con todo el amor del mundo, no pudieron dotarla de una educación escolar. Su abuelo y su tía tenían una pequeña huerta con la que ganarse la vida, y mi abuela con sólo seis años ya trabajaba en ella, en las tareas propias del campo y se hacía cargo de las labores del hogar. Me ha contado en muchas ocasiones, como con cuatro y cinco años, su tía y su abuelo marchaban a trabajar y ella se quedaba en casa haciendo sopa, que comían a diario, y se iba al río a lavar. Desde los seis a los nueve, añadió a estas tareas el trabajo en el campo, y ya con nueve, una vez finalizada la guerra civil, comenzó a trabajar en una fábrica de harina que entonces había en Plasencia, en la provincia de Cáceres, y desde esa edad, hasta jubilarse, mi abuela Encarna no dejó de trabajar.  
   No tuvo ocasión de acudir a la escuela porque lo primordial era sobrevivir, no aprender a leer y escribir, como lo entendían entonces su tía y abuelo; ella suponía una boca más que alimentar, y sólo podía conseguirse a través del trabajo. A pesar de ser analfabeta, ha sido siempre una persona muy resuelta capaz de ascender socialmente, aunque modestamente, de sus orígenes humildes, y gracias a su sagacidad y picaresca, no ha necesitado de una instrucción académica para desarrollar plenamente su vida y ser feliz, al menos tal y como ella entiende la vida.  Sus amigas hoy por hoy, no saben siquiera que es analfabeta, porque como ella dice; “si se me olvidan las gafas de leer en casa, cómo voy a leer en público; no puedo, porque no veo”, y a mí esto me hace mucha gracia, porque a pesar de tener ochenta y cuatro años, conserva una “vista” excelente. 
   Aunque este breve resumen de la vida de mi abuela no aporta datos significativos de la historia de la  escuela en los años 30 ó 40, al menos sirve para darnos cuenta cómo hace no tanto tiempo en este país, entendido en un contexto de tiempo histórico, los niños podían no acudir a la escuela y no había servicios sociales, o un seguimiento por parte del Estado, como actualmente, que velara por el derecho a la educación que tenemos todos los ciudadanos. Tengo la total convicción de que si mi abuela Encarna, con lo inteligente que es y con la capacidad de lucha y sacrificio que siempre ha tenido, hubiera podido tener acceso a una educación, a unos estudios, habría llegado muy lejos, aunque no sé si con eso hubiera sido más feliz; esa capacidad prefiero otorgársela a la virtud de la templanza que no todos poseemos, y sin duda mi abuela, sí.
    Como acabo de hacer referencia, la escolaridad de un niño no era obligatoria (sí en la teoría, pero no en la práctica), en esos años políticamente convulsos para España. Aunque estaba en vigor la conocida como Ley Moyano de 1857, primera Ley de Instrucción Pública de nuestro país, en donde se declaraba obligatoria la enseñanza primaria de los 6 a los 9 años, se permitía que se adquiriera también en el hogar además de en las escuelas, de tal manera que esta condición de escolarización obligatoria, entendida como un derecho a la formación y desarrollo integral de una persona, lo era sólo en tanto lo permitían los límites reales existentes. Por tanto, el ambiente social poco propicio, la escasez de medios económicos de forma persistente,  la pasividad de las autoridades locales que debían aplicar las disposiciones de la Ley Moyano, y el poco interés de las familias socialmente más desfavorecidas al no ver la utilidad inmediata que reportaba la asistencia de la escuela, frenaban la puesta en práctica de lo legislado, y los índices de escolarización y asistencia a la escuela eran muy bajos.
   Todas estas circunstancias explicadas de forma general son las que influyeron en la vida de mi abuela de forma particular, que al igual que otros muchos niños de su generación, no acudieron a la escuela a pesar de vivir en localidades donde por suerte, existía una.
    A continuación pasó a relatar la experiencia escolar de mi madre, de la que mi abuela Encarna, su madre, se preocupó por ofrecerle.
   Mi madre, nació en 1956 en Plasencia, en la provincia de Cáceres, en el seno de una familia humilde y muy trabajadora. A la edad de 6 años comenzó a asistir a la Escuela Graduada Santiago
Ramón y Cajal de Plasencia, conocida entonces popularmente como “las graduadas”, una de las primeras experiencias en la ciudad de la organización de la enseñanza en grados, según las ideas de la Institución Libre de Enseñanza, y en el que sólo se escolarizaba a niñas, en donde cursó sus estudios de Enseñanza Primaria. De esos años en el colegio, mi madre tiene unos buenos recuerdos, mezclados con la peculiaridad de lo que entonces se consideraba normal en los centros educativos, y que en algunos niños, como mi madre, causaba pavor, y es que su maestra de tercer curso, que era muy severa, a lo que consideraba un mal comportamiento en la clase o un síntoma de mala educación, respondía pegando con la regla en la mano abierta, o con tirones de oreja. Es como poco curioso, escuchar estas anécdotas y asumir que era lo normal de la época, cuando actualmente es inaceptable absolutamente para un padre o madre, que sus hijos sean castigados físicamente en el colegio como medida correctiva.
   Debido al mal carácter de esta maestra, mi madre sentía miedo al asistir al colegio, sin embargo eso sólo le sucedió durante ese curso, puesto que del resto de maestras que tuvo, sólo tiene buenas palabras hacia ellas. A la que con más cariño recuerda es a Doña Pilar, de la que dice era muy agradable y dulce, y nunca pegaba a sus alumnas. Tenía la maestra, según mi madre, una voz prodigiosa, y le gustaba enseñar las tablas de multiplicar, ríos de España, etc, cantando. Y aunque no me atrevo a juzgar la metodología empleada por esta señora, debo asegurar que mi madre aún recuerda los ríos de España y sus afluentes por cada vertiente a la perfección gracias a esta canción. A parte de la virtud de cantar bien, la maestra Doña Pilar, según mi madre, explicaba muy bien, y se tomaba muchas molestias en asegurarse de que todas sus alumnas siguieran el ritmo de la clase, y no quedaran rezagadas en ningún tema, cosa que con otras maestras no sucedía, puesto que el ritmo de enseñanza lo marcaba la alumna más aventajada.
    Algo que también me ha contado, y que se responde a las características del régimen franquista, es que todas las mañanas, a pesar de ser un colegio público, se ponían en fila en el pasillo y se rezaba y cantaba una canción a la Virgen antes de comenzar las clases. Y como futuras mujeres amas de casa virtuosas (supongo yo) se les enseñaba labores del hogar como el bordado. 
 
   La experiencia de mi padre, es parecida a la de mi madre, como no puede ser de otra manera, puesto que ambos nacieron en 1956.
   Mi padre me cuenta que él comenzó a acudir a lo que se llamaba oficialmente párvulos (pero era conocido por todos “escuela de los cagones”) a la edad de 3 ó 4 años. Después, con 6 años comenzó sus estudios de Enseñanza primaria, y los cursó en cuatro colegios de localidades distintas, debido a que su padre era funcionario y debían mudarse frecuentemente.    
   En el último colegio en el que estuvo escolarizado, la Escuela Nacional de la Estación Ferroviaria de Valencia de Alcántara (Cáceres), tuvo un maestro que le apreciaba mucho y que ponía especial esmero en su formación, Don Marcelino, que habló con mi abuelo paterno y le aconsejó preparar al chico para la prueba de acceso al instituto puesto que él consideraba que ya no podía enseñarle más. Y así fue como con diez años mi padre accedió al bachillerato, donde tras seis años de estudio y dos reválidas, accedió a los estudios superiores.
   De su paso por la escuela mi padre guarda gratos recuerdos, aunque reconoce que el castigo físico, si no tenías la tarea terminada o hablabas en clase, como azotar con la regla en las manos y el “lanzamiento de tizas a modo de proyectil” era frecuente y entendido entonces como normal; el respeto a la figura del maestro era absoluto, y si te atrevías a quejarte en casa por este tipo de reprimenda, dice mi padre que “cobrabas dos veces”, porque era entendido por los padres como que algo habrías hecho que no debías hacer en el colegio.
   Como material de estudio se utilizaba la “cartilla” para aprender a leer y escribir y después, en cursos superiores, la Enciclopedia Álvarez, de primer, segundo y tercer grado, donde se aglutinaba el
temario esencial de la Enseñanza primaria, cuyos textos eran revisados previamente a su publicación por la censura franquista. También tenían un libro de lecturas ejemplarizantes, a través de las cuales se enseñaba valores, modales y buena conducta, y por supuesto otro libro de catecismo, puesto que la asignatura de religión se impartía diariamente.
   Como mi padre continuó hasta la realización de estudios superiores, vivió el cambio de ley educativa con la implantación de la Ley 14/1970, de 4 de agosto, General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa (LGE), que regulaba y estructuraba, por primera vez en el siglo XX, todo el sistema educativo español, dividiéndolo en cuatro niveles: Preescolar, Educación General Básica, Enseñanzas Medias y Enseñanza Universitaria.

jueves, 10 de abril de 2014

9ª tarea de profundización

La actividad será un análisis sobre el origen y la evolución de la educación primaria en España, repasando las cuatro leyes de enseñanza más importantes formuladas (Ley Moyano 1857, Ley de Educación Primaria 1945, Ley General de Educación 1970, y LOE 2006), las instituciones que se desprenden, e identificando las transformaciones de la educación primaria como parte del desarrollo general del sistema educaitvo español.

Comienzo este análisis con la Ley Moyano de 1857. En esta época, la educación primaria estaba estructurada en dos etapas: la elemental, de los 6 a los 9 años, y la superior, de los 9 a los 12 (esta última no fue obligatoria hasta 1909). La enseñanza primaria sólo era gratuita para quien no pudiera pagarla. Como instituciones destacables que intervenían en la educación con esta ley, puedo mencionar al Estado (como máximo órgano gestor y administrador), las administraciones regionales y locales, las escuelas públicas y también privadas (principalmente católicas) y la Iglesia como gestora de estas últimas. El objetivo primario de esta educación era introducir unas nociones generales en diversas áreas para la adquisición de un nivel de socialización básico.

La Ley de Educación Primaria de 1945 fue creada por el nacional-catolicismo del Régimen franquista. La educación primaria se inspiraba en el sentido católico con la tradición escolar española, ajustándose a los principios del dogma y la moral católica. A la Iglesia se le reconocieron diversos derechos entre los que destacan el derecho a la creación de escuelas primarias y de Magisterios, y el derecho a la vigilancia e inspección de centros públicos y privados. 
La enseñanza primaria comprendía dos periodos; uno elemental que comprendía de los 6 a los 10 años, y otro de perfeccionamiento, de los 10 a los 12. Éste último confeccionado para los alumnos que iban a continuar estudios en el bachillerato. El carácter de la educación primaria era obligatorio, pero la gratuidad de esta etapa era relativa, puesto que esta ley garantizaba la gratuidad para toda la etapa de primaria pero sólo en los centros públicos.
La finalidad de la educación primaria que perseguía la La Ley de Educación Primaria de 1945 era orientar a los escolares según sus aptitudes, para la superior formación intelectual o para la vida profesional del trabajo en la industria y el comercio o en las actividades agrícolas. No puedo evitar mencionar, que en su Artículo 11 decía "...La educación primaria femenina preparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e industrias domésticas".


La Ley General de Educación (LGE) de 1970 sustituyó a la Ley Moyano. Se dividía en dos etapas: la primera, de los 6 a los 11 años (5 cursos), y la segunda desde los 12 a los 14 (3 cursos). La educación primaria pasó a ser gratuita para todos. La institución más reseñable es el Ministerio de Educación (no olvidemos que esta ley se promulgó durante el régimen franquista), con una importante participación de la Iglesia. Durante esta época también era frecuente encontrar colegios privados regidos directamente o adscritos a alguna orden religiosa. El objetivo educativo fundamental perseguido por esta ley es mucho más amplio que el de la ley Moyano, buscando una formación integral igual para todos pero adaptada a las capacidades de cada uno, y una mejor preparación para el mundo laboral.

 
Por último, tenemos la LOE (Ley Orgánica de Educación) de 2006, cuya estructura la divide en tres ciclos de dos años cada uno comenzando a los 6 años. Al igual que sucedía con la LGE, la educación primaria ofertada por la LOE es gratuita para todos. Las instituciones que intervienen en la educación son el Ministerio de Educación (órgano gestor central), y los gobiernos autonómicos, por tener cedida esta competencia. Existen, por supuesto, colegios públicos y también privados, y algunos de estos últimos están parcialmente financiados por el Estado (concertados) proporcionando así educación gratuita a los alumnos de primaria. Parece que en cierta medida la Iglesia es menos influyente en el sistema educativo en esta época, aunque siguen existiendo numerosos colegios religiosos. Como principal objetivo educativo se encuentra el conseguir que todos los ciudadanos alcancen el máximo desarrollo posible de todas sus capacidades, siendo éste un compromiso decididamente compartido con los países miembros de la Unión Europea.

jueves, 13 de marzo de 2014

8ª tarea de profundización


El enunciado de la siguiente tarea dice lo siguiente: Después de estudiar las alternativas a la educación escolar tradicional, razona, desde tu punto de vista, las ventajas e inconvenientes que le encuentras a la desescolarización como experiencia alternativa. 

Después de estudiar el tema propuesto en el temario, de ampliar un poco más la información acerca de esta alternativa en nuestro país, y de fabricarme una idea sincera y sin prejuicios sobre la educación en casa, o "homeschooling", que es en definitiva a lo que nos referimos con el término desescolarización, empezaré a enumerar los inconvenientes, que para mi, presenta esta opción:

Inconvenientes:

  •  La supresión de diplomas y titulaciones, a los que consideran un producto. Sin embargo, sin ellos es muy difícil establecer un control de calidad de los procesos formativos que satisfaga al mercado empresarial, que exige profesionales cuanto más cualificados, mejor. Me resulta difícil entender con qué acreditación académica se ofrece un adulto educado a través del homeschooling al mercado laboral, al menos en nuestro país, donde esta alternativa de educación es aún tan discutida, y termina en ocasiones con familias que optan por esta vía educativa en los tribunales para defender la elección de educación que quieren para sus hijos.
  • Aunque existen opciones, o trucos, para "subirse al carro" del sistema educativo español, para tener la posibilidad de acceso a la Universidad, en caso de querer optar a una profesión que requiere título universitario, no debe resultar fácil para un adolescente adaptarse al sistema educativo en sólo un año.
  • Mucha gente necesita seguir caminos señalizados, sendas normalizadas en las que recibir una serie de instrucciones a cumplir. El modelo totalmente auto-organizativo propuesto por los teóricos de la desescolarización sería posiblemente rechazado de plano por multitud de personas cuya psique necesita ser guiada a través de un proceso complejo como es la formación integral.
  • El nivel de implicación de los padres en la educación de sus hijos debe ser altísimo. Al menos uno de los progenitores no puede trabajar o deben tener profesiones que les permita reorganizar su horario laboral y adaptarlo a las necesidades de sus hijos. No es cierto que este tipo de educación se lo puedan permitir sólo familias de alto poder adquisitivo, pero sin duda alguna, el nivel económico de la familia debe ser lo suficientemente bueno, o tener los padres profesiones bien remuneradas que les permita la flexibilidad en el horario que el homeschooling requiere. En definitiva, la renta familiar es un inconveniente; debe ser media-alta para poder las familias acogerse a esta modalidad de educación en casa.
  • El nivel educativo de los padres debe ser medio-alto, o al menos contar con una red de contactos suficientemente extensa como para suplir las carencias en conocimientos que tengan a la hora de enseñar a sus hijos. Los recursos educativos en el hogar deben ser muy amplios, y no todas las familias los tienen o se pueden hacer con ellos. Íntimamente relacionado con el nivel de implicación familiar al que me refería, los padres de estos niños desescolarizados deben ser conocedores de todas las ofertas educativas y culturales de su localidad, y como he mencionado antes, disponer de tiempo libre suficiente para hacer partícipes a sus hijos de las mismas.
  • El nivel de socialización de los niños educados en el hogar con otros niños de su edad, es menor que el de los niños escolarizados. 
Ventajas:


  • Para los niños educados en el hogar, una de las claras ventajas es la existencia de un ambiente en el que prima la atención personalizada. En su caso, es más sencillo mantenerles el interés por el aprendizaje, puesto que los padres son los mejores conocedores de los centros de interés de estos niños, algo primordial para que se den los procesos de exploración espontáneos, y retroalimentar su curiosidad constantemente en un ambiente tan relajado y distendido.  
  •  El ritmo de aprendizaje se adapta al niño, y no al contrario, y se les enseña de una manera multidisciplinar y transversal. 
  • El homeschooling permite a estos niños aprender a relacionarse y desenvolverse con naturalidad en todo su entorno social, y aprenden de estas relaciones sociales, de tal manera, que la socialización no se limita a un determinado rango de edad, como ocurre en el colegio, sino que interaccionan con personas de distintas edades basándose en el interés común. 



  • La implicación de los padres, y otros familiares, de los niños educados en casa en la educación de sus hijos es altísima, lo que refuerza la relación padres e hijos, y estrecha evidentemente vínculos. Suelen ser estudiantes cooperativos, y que a pesar de ser educados en un ambiente más aislado que los centros escolares, trabajan bien en equipo. Los padres de estos niños, aseguran que notan un mayor grado de madurez en sus hijos con respecto a los niños escolarizados de su edad.
  • Como aprenden a su propio ritmo, y en función de sus intereses, no están presionados por la competitividad entre iguales, y se les fomenta los valores de convivencia. La flexibilidad en el horario de estudio es total. Hay disciplina, pero no se ajusta el aprendizaje a un horario previamente determinado y rígido. 
  • Los niños educados a través de esta modalidad no sufren problemas de acoso escolar, de rechazo social o fracaso ante la inadaptación al sistema. Supone una alternativa de escape ante estos problemas que pueden ocurrir en un centro escolar, y que en ocasiones, resulta complicado solucionar.
 Personalmente, ni creo que nuestro sistema educativo sea tan malo, ni que la opción del homeschooling sea ninguna barbaridad. Para unos padres fuertemente interesados e involucrados en la educación de sus hijos, capaces de crear un entorno que estimule el aprendizaje, el homeschooling puede ser una alternativa al sistema educativo tradicional de mucho éxito. Pero como no es ni mucho menos una empresa fácil de realizar por todos los inconvenientes mencionados anteriormente, y otros más que puedan surgir, creo que la combinación de la educación escolar, con la educación en casa, es realmente la fórmula perfecta para acercarse hoy en día a una educación de calidad, y con esto de "educación en casa" no me refiero a que los padres supervisen los deberes, sino a una actuación más compenetrada y compensatoria de los padres con respecto a la escuela que realmente amplíe el campo de estímulos de aprendizajes y conocimientos a sus hijos.

A continuación propongo el visionado de un vídeo como ejemplo de una familia que eligió la alternativa de educación en casa, o desescolarización de sus hijos, y realmente, lo llevan a cabo con éxito: